18 dic 2008

DEFLECTION

7:30. Comenzamos al final, como si él se detuviera únicamente para verse, para verme, de manera despistada, directamente a los ojos. Las escaleras. Lentamente el descenso nocturno que al cabo de un tiempo debía volverse rutina. – Ya no hace tanto frío como otros días –, me decía desde su lugar. Acompañaba cada idea con una mueca. Despacio, el aire susurraba movimientos en el cristal, como si fueran cuadros en una vieja celda de película. Paso a paso, en la muerte de/a cada instante, infinito promontorio de micronos. Y sus ojos no dejaban de chocarse con los míos, retantes, mientras avanzábamos: equidistantes el uno al frente del otro. Toqué su rostro, mi rostro, y pude sentir helárseme cada terminal nerviosa, a través de los poros de la apócrifa mano que teníamos – ambos, entrambos – enfrente. Aquí, ahí, la sensación de cercanía resultaba excitante. Y cerró la profundad de su iris, fijamente sobre el mío, el nuestro. Y cerré los párpados.

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Terminé de bajar: ¡terminé de jugar con las paredes!…

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Apenas y acabé de recorrer los pasillos, avancé directo hacia la flor. Intruíame en las hablas del vocablo de los césares (tal vez oraciones tan llenas de pendejadas como la mía). ¡Cómo pasa el tiempo! La mente se llena de rostros, los osculta y los oculariza con la mirada. O los ocultiza. Algunos tan inteligibles que podrían confundirse unos con otros, todos entre sí, satisfechos de su bizarría… algunos nuevos.

Y una vez más el mundo coetáneo.
(No puedo evitarlo, siempre termino por regresar)

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Uno… dos… tres… ¡Paparruchas! Simple, conciso, directo y objetivo. Si no lo conociese diría que es ingeniero. – Al parecer este semestre será mejor que los anteriores. Mayor investigación: a pulir aquel viejo autodidacta. Sólo espero que el ocio no cause estragos. (No existe piedra en el camino con la fuerza para detener a un trotamundos; muchos menos a una fruta.)

Ya sonrío: sonrisa opacada solamente por el brillo de sus anteojos. Mete la mano en el bolsillo para calmar sus ansias con un poco de tabaco.

¡Letras! Letras es lo único que todo instante anhela en su pelleja inacabable de segundos. Letras impregnadas: con matices de gloria, con ungüentos de crítica ó con espasmos de belleza. El decir adiós a dos amantes y cual Narciso hacerse amar por su homogéneo (parecía estar allí, totalmente tatuado en sus ojos, pero no, ni en los míos).

-- suficiente --

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Ya pasaba de las nueve, cuando frente a las puertas de la biblioteca apareció su silueta, un tanto nebulada por las fuertes luces del interior. A paso rápido, o por lo menos más acelerado que durante el día, llegó hasta la parada de autobuses. El aire nunca perdona. El rugir de los motores de los autos que arrojaban saetas de polvo y levantaban borrascosas hojas secas.

La carretera cohíbe toda sensación.
Lo concreto, el encontrarse en despoblado, desolado y fortuito.

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Miedo que se baña de memorias olvidadas. Pero ya no estás, ni nunca volverás. Renaces, siempre, en lo voluptuoso de tu ser, apretujándote al mío… extasiados, lacrimosos… juntos. De repente una pregunta atravesándome el cerebro. Su alma, como los árboles que corrían a mi lado, descalzos.

¿Por qué ser libertino si se puede ser galante?

Este impúdico erotismo corre el riesgo de volverse un vicio. La incógnita. Mejor vicio que costumbre. Las costumbres se vuelven monótonas y pierden el sabor. Los vicios se degustan, como un taladrar de piernas, hombres y mujeres, enfermos del deseo… esa fusión sudorosa que parece encadenar pedacitos de neblina tántrica.

A veces es tan fácil palpar la mente, que miente, su mente. Si no, cómo escribir una hora entera aposentado en la tertulia impetuosa del espejo (y el puto se pasa de parlanchín). Ella, ó ella, ó tal vez ella. Nosotros, pero con ganas de ser infinitivo. Y degustamos con las yemas el sabor de un tierno pollo, nos palpamos con la lengua el vino tinto. Imaginarios.

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¡Ahí estas de nuevo! Ausente y lleno de mí. Que pases buenas noches, tengo tarea que hacer. Te veré por la mañana… A menos que te desclaves de la pared




Publicado en:
Revista: ápice. Año 0, Número 1. Grupo Cultural Tíbiri Tábara. Xalapa, Veracruz: junio 2007.

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